En mi reciente viaje a España, lo que más me impresionó fue, sin duda, la amabilidad de los españoles. Su calidez, que se acercó con un nuevo profundo impacto, se sintió especialmente única al compararla con la amabilidad que experimenté en otros países. En este artículo, quiero explorar las distintas formas de comunicarse y de ser amable: la frialdad exterior pero calidez interior de los coreanos, la 'cortesía' de los japoneses, la 'frialdad' de los británicos, y la amabilidad 'friendly' de los españoles.

La atmósfera cálida en las calles de España

Tipos de amabilidad: La 'Friendly' de España vs. la 'Cortesía' de Japón vs. la 'Tsundere' de Corea

La amabilidad de los españoles se puede resumir en una palabra: 'Friendly'. Ellos se acercan primero con una gran sonrisa, y sienten el deseo de ayudar a resolver las dificultades que enfrentas como si fueran propias. Se nota en su mirada y expresión genuina el deseo de recibirte y ayudarte. Crean una atmósfera cómoda y alegre, como si trataran a un viejo amigo.

Por otro lado, la amabilidad de los japoneses proviene de la 'cortesía'. Su amabilidad, basada en un manual de servicio perfecto y respeto hacia los demás, es impecable y sin fisuras. Se caracterizan por ser muy educados y por cuidar delicadamente de que la otra persona no se sienta incómoda. Es perfecta, pero a veces puede parecer fría.

En cuanto a la amabilidad de los coreanos, puede que no tenga la calidez exterior de la cortesía japonesa o la amabilidad friendly española, y puede que a primera vista parezca un poco distante. Se asemeja a la actitud de estar 'frío por fuera pero cálido por dentro'. Es raro que la amabilidad se manifieste mediante acercamientos proactivos hacia los extranjeros. Sin embargo, una vez que se pide ayuda, hay una gran calidez al esforzarse por resolver el problema como si fuera un asunto personal. Esa comprehensiva y profunda consideración es lo que creo que define la amabilidad única de los coreanos.

En el caso de los británicos, como el inglés es su lengua materna, a menudo he sentido que no son muy amables si te acercas en inglés. Es común ver una actitud distante y formal, y parece que priorizan la eficiencia y el pragmatismo sobre la amabilidad. También hay una impresión de que intentan reducir el gasto emocional innecesario.

Un cambio después de 22 años: La fluidez en inglés en España

Recuerdo que en mi viaje a España hace 22 años, el inglés casi no se hablaba, lo que fue muy incómodo. Sin embargo, en este viaje, me sorprendió mucho que en todas partes se hablara muy bien inglés. Con el aumento del turismo, la barrera del idioma se ha reducido considerablemente, mejorando así enormemente la conveniencia del viaje.

Experiencias reales de amabilidad en España: Espera y consideración

La amabilidad de los españoles brilló en pequeños eventos cotidianos.

Época de Café: Al ir a un café, hay deliciosos panes y postres expuestos, pero a menudo el menú está en español, lo que dificultaba su lectura. Detrás de mí, había personas en la fila, y estaba en una situación difícil con tiempo para hacer el pedido. Sin embargo, los empleados españoles, sin mostrar ninguna señal de frustración, se dedicaron a ayudarme a realizar mi pedido, incluso si eso significaba gastar un buen tiempo ayudándome en lugar de atender a los clientes que esperaban detrás. La forma en que sonreían y me guiaban para hacer el pedido, señalando cada ítem del menú, fue verdaderamente impactante. Se sentía su genuina intención de resolver mi inconveniente.

Época de Café en el Museo del Prado: Tuve una experiencia similar en el café del Museo del Prado. Después de hacer un pedido y recibir la comida, volví a mi asiento, pero olvidé recoger un plato que no estaba completo. Me di cuenta tarde y me sentí perdido sobre qué hacer. ¿Debía volver a hacer fila y explicar la situación? Mi recibo no tenía detalles del menú, así que no sabía cómo probar que realmente no lo había recibido, y ni siquiera recordaba el nombre del menú, así que estaba muy ansioso.

En ese momento, vi a un empleado español desde lejos que me hacía señas. Tenía un plato con un panini calentado y se acercó a mí sonriendo. Había recordado y recogido el menú que había dejado atrás. Fue un momento realmente agradecido y conmovedor.

Paisaje relajado de las calles de Barcelona

La amabilidad de los españoles parece provenir de un cálido interés y consideración por las personas, más allá de un simple servicio formal. Este viaje se llenó de recuerdos especiales y agradables, gracias a su actitud alegre y amable.


Espero que mi experiencia sobre la amabilidad de los españoles haya resonado en ustedes. En el próximo artículo, hablaré sobre otra faceta interesante de mi viaje a España.